jueves, 28 de julio de 2011

La Autoestima de una Organización

La autoestima organizacional es un concepto nuevo que reúne el conjunto de la autoestima de los miembros de la organización. En este sentido, la autoestima organizacional representa la cultura dominante de la empresa y sus valores económicos, emocionales, sociales, y otros.

Como bien es sabido, las organizaciones son sistemas vivos, unos más que otros; en este sentido, se puede decir entonces que las organizaciones ya sean públicas, privadas u ONG, tienen una mayor o menor autoestima o valoración de sí mismas, como si de sistemas vivientes de tratara.

Una organización sana ha de tener una buena autoestima, aunque teniendo el cuidado de no caer en la prepotencia o arrogancia. Cabe destacar, que la máxima arrogancia de una empresa consiste en creerse superior a sus personas, lo cual supone unos altos niveles de inseguridad de fondo; pero también es frecuente que se crean superior a sus clientes o proveedores, lo que solo genera  un alejamiento de su parte.

Por otra parte, las personas con mayor autoestima desean trabajar con organizaciones líderes en su sector, seguras de sí mismas, que destacan de las demás no sólo por sus productos, sino también por su cultura, liderazgo o forma de hacer las cosas.

La autoestima organizacional se desarrolla en función de diferentes variables:

1-      Existencia de un liderazgo eutópico, capaz de armonizar los ideales humanistas de la persona  como fin con el realismo pragmático de la búsqueda de la eficiencia.
2-      Equilibrio sinérgico entre los logros éticos, emocionales y económicos.
3-      Establecimiento de objetivos realistas, participativos y de moderada o alta intensidad.
4-      Celebración creativa de metas colectivas, grupales e individuales.
5-      Construcción de auténticos vínculos de confianza mutua desde sus inicios y entre sus propietarios y todos sus agentes, desde la alta dirección hasta los proveedores y clientes, pasando por el resto de los empleados.
6-      Coherencia e integridad entre los valores que se establecen y lo que se hace diariamente.
7-      Establecimiento de una misión o razón de ser que, por supuesto, incluya el beneficio económico y la eficiencia, pero que lo entienda no como el único valor formal y a costa de lo que sea, sino más bien como un medio para su supervivencia y desarrollo o como una consecuencia de hacer las cosas bien por las personas, ya sean empleados, clientes, proveedores o ciudadanos en general.
8-      Reputación externa, es decir, aparición en rankings de excelencia, evitando escándalos o noticias de malas prácticas de cualquier tipo.
9-      Compromiso y respeto con el entorno medioambiental y cultural.
10-   Respeto con sus personas, procurando que puedan liberar todo su potencial y que, a la vez, gocen de mayor equilibrio posible entre trabajo y resto de la vida.

En ocasiones la autoestima se puede expresar en forma de crecimiento desmesurado. Una de las más importantes y difíciles decisiones estratégicas es, entonces, la de no crecer en exceso para mantener niveles esenciales de calidad, identidad, calidez y autoestima.

Por último es de suma importancia recordar que una organización que no cuide su autoestima, corre el riesgo estresarse, deprimirse y en los peores de los casos autoagredirse y desaparecer.
        

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